lunes, 5 de mayo de 2008

Historia de una Gymkhana II (I. Introducción)

El miércoles pasado fue la entrega de premios, y yo me tuve que meter en mi papel de emo para ir preparado al Manuel de Falla. No fue fácil, fue una etapa de mi vida (5 o 6 horas) de la que me tuve que deshacer rápidamente para no caer en una depresión.

Tras una ola de agradecimientos, discursos y fotos, por fin dieron los 8 premios por los que corrimos un mes antes, y tal y como me esperaba, con mi emo-espíritu positivo, no nos llevamos nada de nada. Eso si, volvimos a salir en el vídeo-resumen final, para dar la puntilla a nuestra humillación.

Durante la comida de consolación, debatimos sobre qué fue lo que falló. Si el año pasado fue por culpa del equipo de apoyo, que se fue a por pizzas y a atiborrarse de churros, este año ha sido el disfraz: un emo no es que sea precisamente la alegría de la huerta, es más, no es que sea precisamente la alegría.... lo único que se podía improvisar era deprimirse, echarse a llorar y cortarse las venas. Además, por mucho que lo intenté, el flequillo no me tapó el ojo. Un desastre.

Supongo que ya va siendo hora de empezar a contar la aventura. Pues no, en el próximo post.

P.D: Por cierto, felicidades a Lydia y Nieves que quedaron sextas (pero no salieron en el vídeo, envidia, envidia xD).

P.D. 2: Edu y yo proponemos que el próximo año nos disfracemos del muñeco de Cruzcampo, que además de ser cachondo, te puedes emborrachar. Y para apoyar la candidatura, me he currado un poema mientras me aburría en el autobús, que puede ser recitado en la gymkhana del año que viene:

Con diez cervezas en la barra,
Bebe a destajo toda mi peña,
Y no acaban sino que se empeñan,
En otra cerveza pedir.
Cruzcampo a mí me llamaban,
Por tener la figura del logotipo,
mas yo prefiero llamarme Calippo,
Por que la tengo talqueasí.
Y harto de tanta burla,
Me hice mi propio equipo,
Me disfracé como ese tipo,
Y me vine hasta aquí.


Soy la deshonra de Espronceda

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