Atención: Post rescatado del "spaces" que tenía: 20 Jun 2006...
Curiosidades de la vida: el peligro, el sufrimiento… no solo no asusta a la gente, sino que la atrae, y cada vez más. Aburrido de la vida rutinaria, en un arrebato de enajenación mental, me propuse probar el sufrimiento en todo su esplendor.
Hay gente que prefiere sufrir tirandose en caida libre, o golpeandose con látigos, o haciendo un examen de Teoría de Algoritmos sin estudiar…(no, sin chuletas ¬¬). A mi, como me gusta hacer las cosas a lo grande, pero odio eso del dolor y ya aprobé T.A., pues preferí elegir el camino que poca gente se atrevería a seguir: Instalar una Gentoo…
Una Gentoo es como la…(ejem)… de un enano negro: Como una cosa tan pequeña (mini-instalación 50 y pico MB), ¿puede albergar algo tan grande? (ya llevo 3GB y pico, y me queda…).
Todo el mundo sabe que Gentoo es una distribución a base de codigo fuente, es decir, que si quieres una vaca, te dan las patas, el hocico, la leche y las manchas… y la vas construyendo a base de ponerte caliente hasta que la tengas compilada.
Quizas éste, junto con la personalización propia de tu camión (tarea dificil para cualquier persona no gurú del Word) sean los puntos mas odiados de ésta distribución: Si quieres tu ordenador completamente operativo, es decir, con el openoffice y el frozen-bubble, mas vale que tengas descendencia. Y es que es mas lenta que el caballo del malo.
Y aun sabiendo que la desesperación por la espera (todo el mundo me preguntaba que si tenía tanto tiempo libre) podría llevarme a la locura y a los ritos satanicos de Lordi, me armé de tiempo, paciencia y kellogs y acepté entrar en el juego.
Tras varios intentos de suicidio Zen (OpenOffice, Modular X, Xgl, Qt..) y alegrías desbordantes (la que te da cuando algo termina de compilar), después de X(X=2?????) meses ya tengo un operativo suficiente, como para hacer que me encuentre a gusto en Linux… y encima he aprendido mucho: He aprendido a no volver a hacerlo.